Pinturas inolvidables....

Cada vez que tengo la oportunidad de viajar a la ciudad de Buenos Aires, que casi siempre, es por alguna actividad del colegio secundario donde doy clases, trato de programar actividades culturales para los momentos libres.
La última vez que fui, el único momento libre que tuve, fue el mediodía de un domingo. Había que buscar cuáles de los Museos que deseaba visitar, estaba abierto y algo fundamental….que no cobraran entrada. Los docentes por estos parajes, no tenemos fama de gente pudiente…
Así que, el destino cultural de esa oportunidad fue el Museo Nacional de Bellas Artes.
Por supuesto que, nunca voy sola. Algunas de mis amigas me acompañan en las locuras, y si no es así, las arrastro, las convenzo…siempre tengo suerte…van sin chistar…soy un peligro, creo…
En esa ocasión, el recorrido fue increíble, sobre todo en el sector de las pinturas de autores argentinos.
Una de las que me impresionó más al verla en vivo y en directo, fue una pintura de Ernesto de la Cárcova…Sin pan y sin trabajo.
La vi en fotografías, cuando estudié Historia del Arte, pero verla ahí, en todo su esplendor, fue fascinante.
En realidad, muestra una situación muy dolorosa, y muy común, lamentablemente, en estos tiempos. Muestra a una familia en una casa donde falta todo. Están en una miseria profunda. Pero, lo que emociona, es el realismo con que el pintor muestra la escena.
Las manos apretadas del jefe de familia realmente impresionan. Se notan las venas saltadas por la presión que está ejerciendo con sus puños sobre la mesa.
Existen pocas obras que me sorprenden de esa manera. Esta, es una de ellas. El clima que irradia es inolvidable, por lo doloroso, por lo dramático, por lo tan real.
Comparto la pintura como así también una canción del gran Atahualpa Yupanqui, en la voz de otro grande de la canción argentina, Jairo. Trabajo quiero trabajo.