En el articulo anterior hablaba de que “todo tiene que ver con todo” y de las prohibiciones. Una amiga, sin haber leído mi blog, me manda por mail este hermoso poema que, dice, estaba en la Feria del Libro en forma de cartel. Me dejó pensando en como una palabra, empleada de otra manera, puede cambiar todo el sentido. Y ahora…¿ será prohibido prohibir????
Según los astrónomos, el otoño se inició a las 8,43 horas y algunos segundos…del 20 de marzo aquí en mi país. Me gusta mucho la astronomía…pero seré, tal vez, una astrónoma romántica, pues para mi la fecha 21 tiene todo un significado especial. Perdón señores astrónomos, pero para mí, cálculos aparte, el otoño comienza un 21 de marzo. Sé que a muchas personas no les gusta esta estación, pues los días se hacen más cortos, comienza a sentirse el frío y hay que permanecer dentro de las casas…pero para mí tiene un encanto especial, tal vez porque trae mi cumpleaños, en mayo próximo. Si la primavera trae todo un arco iris de colores, el otoño trae toda, pero toda la variedad de ocres…marrones claros, rojizos, oscuros. Amarillos pálidos, brillantes…dorados…en fin…el otoño es una estación dorada…Si, así la definiría. El follaje de los árboles va adquiriendo esa mezcla de tonalidades tan hermosa, que da placer caminar por las calles arboladas y disfrutar de esos colores…y del sonido, del crujir las hojas secas al pisarlas!!! Muchos escritores han hablado del otoño, pero ayer leí en el espacio de Myr una poesía de Paul Verlaine sobre la lluvia y recordé que tenía en mi estantería un libro de poemas de ese autor, así que aquí comparto ese poema. (Las fotos son de San Martin de los Andes, extraidas de internet)
Canción de otoño
Los largos sollozos de los violines del otoño hieren mi corazón de una languidez monótona.
Del todo sofocado y pálido, cuando la hora suena, me acuerdo de pasados días y lloro;
y me voy con el viento malo que me lleva aquí, allá, semejante a la hoja muerta. Un poco triste, verdad?? y yo, ya no quiero llorar. Pero encontré esta otra poesía de una autora correntina (Inés Arribas de Araujo), en un libro que me regaló, hace ya muchos años, una docente, música y escritora de mi ciudad.
Otoñal
Marzo. Otoño despereza de su prolongada siesta. Aquí tintes amarillos, allá manchones tostados, señalan su despertar. A lo lejos… un manso arroyuelo mece las hojas de añosos sauces. -Cansadas, deslizaron al agua, buscando mullido colchón para su ultimo sueño- Los días, van dorándose de sol y empapándose en tibieza. Mi espíritu desborda; la belleza, invita a la creatividad. Siento deseos de guardar en versos, esa natural manifestación de la obra divina. Así, siempre que los relea “veré” este paisaje con los ojos del alma. Si bien no es conocida, me pareció una poesía más a mi medida…me pareció mas esperanzadora. Pero sin sonidos no es mi espacio…así que nada mejor que Antonio Vivaldi y su “Otoño” de las “Cuatro estaciones” para ponerle notas musicales a este dorado otoño.
Pero hay un compositor argentino que admiro mucho y que hizo también sus “Cuatro Estaciones” en tiempo de tango…estoy hablando de Astor Piazzolla…y su “Otoño Porteño”. En esta oportunidad con una coreografía de Julio Bocca, bailando el tango como en su nacimiento, en sus inicios…entre “compadritos”…La danza, otra de mis artes preferidas.